Servicios en promoción:

La compra de cualquier bien o servicio con «precio en oferta» deberá utilizarse por el consumidor o usuario en un plazo máximo de tres meses desde la compra. Transcurrido ese tiempo, el cliente deberá abonar la diferencia entre el «precio en oferta» y el «precio habitual» del bien o servicio para poder disfrutar de lo contratado. Se considerará «precio habitual» el que tenga el servicio cuando el cliente vaya a hacer uso de lo comprado. En ningún caso la diferencia entre «precio en oferta» y «precio habitual» podrá suponer pagos de la empresa al cliente.